Acueductos de Roma
Aquae ductus "conducción de agua".
La Roma Antigua tenía once acueductos. Cuando la invasión bárbara sufrió frecuentes cortes de suministro hasta que literalmente se
secó.
Hay puntos en la ciudad donde todavía podemos ver restos de los gigantescos
arcos de estas obras maestras de ingeniería, especialmente los de la Vía de San
Gregorio y Porta Maggiore; en el Parque de Appio Claudio.
Durante casi un milenio los romanos se vieron forzados a usar otra vez las aguas
contaminadas del Tiber, hasta que los papas del Renacimiento ordenaron
reconstruir los acueductos. Hoy tres de los antiguos acueductos siguen
suministrando agua a la ciudad.
En el 312 a.e.c. el Senado encarga a Appius Claudius Caecus, constructor de la Vía Appia, traer el agua de las
colinas vecinas. El Acqua Appia, el primer acueducto casi en su totalidad
subterráneo. En el 144 a.e.c. el acueducto Acqua Marcia, el primer y más largo
acueducto elevado, llega al Capitolio. En el 33 a.e.c. en un año Marcus Agrippa
repara cuatro acueductos, ordena construir el de Acqua Giulia, 500 fuentes y 700
pozos y piscinas públicas. Veinte años después manda erigir el acueducto de
Acqua Vergine y los primeros establecimientos de baños públicos de la época
imperial.
En el 410 Roma contaba con 11 acueductos que abastecen 1212 fuentes, 937 baños
públicos y 11 termas imperiales. En el 537, Vitges, rey de los Godos, ordena
cortar el suministro de agua de los acueductos; Y en el 1453 el papa Nicolás V
encarga al gran arquitecto Alberti, la restauración del acueducto de Acqua Vergine.
Tenemos conocimientos muy precisos sobre los acueductos gracias al libro
que Frontino escribió mientras desempeñaba el cargo de cuarator aquarum, en
el 97. La obra recoge toda clase de noticias, la posición e importancia de los
manantiales hasta el recorrido y el alcance de los acueductos, la configuración
y la organización del personal empleado.
Vitruvio escribe sus "De architectura libri decem" probablemente antes del año 27
a.e.c., menciona ya todos los sistemas de conducción, con excepción de las
tuberías de piedra, que no aparecen en ningún tratado, y los tubos y canales de
madera, que deben de ser de uso muy tardío. De hecho Faventino, es el único
teórico que los menciona, escribió su obra a fines del siglo IV.
Lista por orden cronológico de los nueve
acueductos que existían entonces. Más tarde se añadieron el Trajano y el
Alejandrino.
AQUA APPIA
El acueducto más antiguo de Roma, data del 312 a.e.c., por iniciativa del censor
Apio Claudio el Ciego. Se supone que el descubridor de los manantiales, que
estaban entre las millas VIII y IX de la Vía Prenestina, fue en realidad Caius
Claudius Venox.
La conducción casi toda subterránea exceptuado un corto tramo a la altura de la
Porta Capena, era de más de 16km. El acueducto entraba en Roma, por el paraje
llamado ad Spem Veterem, donde hoy se alza la Puerta Mayor. Desde allí se
dirigía hacia el Celio, cruzaba el valle que mediaba entre el Celio y el
Aventino con arcos apoyados en la Porta Capena y, después por un conducto
subterráneo iba a desembocar junto a la Porta Trigemina, en el Foro Boario. El
canal estaba realizado con bloques de toba unidos entre sí y provistos de una
cavidad central. La capacidad era de 73.000 metros cúbicos diarios.
ANIO VETUS
El segundo acueducto de Roma se construyó poco después 272 a.e.c, por iniciativa
del censor Mario Curio Dentato. Era más largo que el anterior, tenía su
origen en el Anieno y entraba en Roma por Spes Vetus, atravesaba el Esquilino
por un canal subterráneo y terminaba en las cercanías de la Estación Termini. Su
capacidad máxima era de unos 175.920 metros cúbicos diarios.
AQUA MARCIA
Aún hoy es uno de los canales más importantes de Roma fue obra del pretor Q.
Marcius Rex en el año 144 a.e.c. Sus aguas provenían del Valle del Anieno; con
un recorrido total de algo más de 91km. Desde la Spes Vetus, el canal seguía el
trazado de las Murallas Aurelianas, que en parte englobaron los arcos del
acueducto, hasta la Porta Tiburtina y desde ella, por a la actual calle Marsala,
iba a desembocar en las cercanías de la estación Termini, para seguir después
hasta el antiguo Ministerio de Finanzas. Algunos ramales nacían aquí y se
dirigían hacia el Capitolio. La capacidad era de unos 187.600 metros
cúbicos diarios.
AQUA IULIA
Provenía del manantial Squarciarelli, lo mandó construir Agripa en el 33 a.e.c.
El Aqua Marcia y el Aqua Iulia se unieron en un nuevo canal de 21.677
metros de longitud. La capacidad alcanzaba los 48.240 metros cúbicos y su
recorrido urbano era el mismo que el del Aqua Marcia.
AQUA VIRGO
Su nombre se debe a una joven que llevó hasta el manantial a los soldados
que lo estaban buscando. Fue Agripa quien ordeno construirlo en el 19 a.e.c. El
canal discurría desde los manantiales de Salone, cercanos al de Aqua Iulia,
entraba a la ciudad por las laderas del Pincio. A la altura de los Jardines de
Lúculo, el canal subterráneo, continuaba sobre arcadas, algunas de ellas
visibles aún en la calle del Nazareno y en la de Búfalo, aunque se trata de una
restauración claudiana, como lo demuestra una inscripción. Después atravesaba la
Vía Lata por el arco de Claudio, y continuaba por la calle del Seminario. Como
recuerda Frontino, las arcadas terminaban "delante de los Saepta", al lado del
Panteón a las Termas de Agripa; es la misma conducción que hoy alimenta la
Fuente de Trevi. La capacidad del acueducto era de 100.160 metros cúbicos.
AQUA ALSIETINA
Aguas que según cuenta Frontino no eran potables, fueron llevadas a Roma por
Augusto en el 2 a.e.c. Proviene de los lagos de Martignano y de Bracciano;
llegaban a Roma a través del Janículo, tras un recorrido de unos 32km. Es
probable que sólo se usaran para alimentar la Naumaquia de Augusto, en
el Trastévere. La capacidad del acueducto era de unos 15.680 metros cúbicos.
AQUA CLAUDIA
Este acueducto y el del Anio Novus, fueron iniciados por Calígula en el 38
y terminado por Claudio en el 52. Sin duda es la realización más grandiosa de
todas. El agua se captaba en el miliario XXXVIII de la Via Sublacense, de los
manantiales Curcio y Cerúleo en la zona Arsoli-Agosta, y llegaba a Roma tras un
recorrido de 68km., de los cuales 15.060 iban a cielo abierto, por unos 16km.
de arcadas de toba.
El acueducto llegaba a Roma por la Spes Vetus, donde el doble arco monumental
conocido como Puerta Mayor.
A la altura de la Puerta Mayor se separaba un ramal construido por Nerón, que
sobre otras arcadas se encaminaba al Celio, siguiendo aproximadamente el
recorrido de Aqua Appia. Los arcos son visibles en las cercanías de S. Juan y
sobre el arco de Dolabela y Silano; desde aquí se dirigían hacia el templo de
Claudio donde alimentaban el ninfeo de Nerón. Domiciano prolongó los arcos hasta
los palacios imperiales del Palatino. Tiempo después, Septimio Severo hizo
restaurar todo este tramo. La capacidad del Aqua Claudia era de 184.280 metros
cúbicos.
ANIO NOVUS
El Anieno Nuevo fue construido al mismo tiempo que el Aqua Claudia, seguía parte
del recorrido de este último. Su longitud total era de unos 86Km y su
capacidad la mayor de todas unos 189.500 metros cúbicos.
AQUA TRAIANA
Se construyó en el 109, y servía agua sobre todo al Trastévere, aunque también
llegó a alimentar las Termas de Trajano. Su manantial estaba cerca del lago de
Bracciano, desde donde el acueducto llegaba al Janículo, después seguía las vías
Clodia y Casia y después la Aureliana hasta la Puerta S. Pancracio. Un largo
tramo de este acueducto, en opus mixtum se descubrió en 1912, bajo la actual
Academia Americana, en la calle Angelo Masina. El acueducto es en parte el mismo
que se usó para Aqua Paola.
AQUA ALEXANDRIANA
El acueducto Alejandrino es cronológicamente el último; lo mandó construir el
emperador Alejandro Severo y llegó a la ciudad hacia el 226. El agua
proviene del pueblo de Colonna, en Pantano Borghese, y llega a Roma sobre las
típicas arcadas revestidas de ladrillo, que siguen las Vías Prenestina y
Labicana y mueren en la Puerta Mayor. Entre otras, abastecía las Termas
Alejandrinas.
La capacidad total de los nueve acueductos más antiguos, sobre los que tenemos
datos seguros, era, pues, de unos 992.200 metros cúbicos al día. Si se calcula
que en la época de Trajano Roma tenía un millón de habitantes, resulta que cada
habitantes disponía de casi mil litros diarios.
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