De la época más antigua,
siglo I a.e.c., únicamente se
conserva parte de un pavimento, realizado con ladrillos rectangulares de
arcilla cocida colocados en forma de espiga.
Con la reforma
posterior se construyeron unas grandes letrinas públicas, que
estaban en funcionamiento a finales del siglo I a.e.c.
La estancia tenía
planta cuadrada y capacidad para unas 29 personas; sus paredes
estaban rodeadas de una línea de bancos con asientos perforados,
bajo los cuales discurría un profundo canal de arrastre de aguas
fecales. Delante de los bancos y a los pies de los usuarios, un
canalillo proporcionaba agua limpia con la que se podían realizar
abluciones o aclarar las esponjas y utensilios higiénicos empleados
para limpiarse.
Actualmente y para su mejor comprensión, se ha
reconstruido parte de uno de sus muros laterales, con los bancos que
servían de asiento a los usuarios. |
 |